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Algunos mitos sobre la radiación solar

Algunos mitos sobre la radiación solar

Mucho se ha hablado y se sigue hablando sobre la radiación solar y la fotoprotección, especialmente en verano. Conviene aclarar algunos términos para seguir buenos hábitos y proteger tanto nuestra piel como la de nuestros hijos, ya que la intensidad y efectos de la radiación del sol no deben ser subestimados. No obstante, tan perjudicial puede ser despreocuparnos como excedernos en la cura de algunos de talles que no lo merecen, en perjuicio de otros.

Comencemos a desmontar algunos mitos:

Es falso que no nos podamos quemar en un día nublado, pues aunque las nubes atenúan la radiación, ésta es suficientemente intensa como para quemarnos. Asimismo tampoco es cierto que las cremas solares permiten tomar el sol durante más tiempo, ya que su eficacia decrece después de la aplicación. También puede conducir a error la sensación de que, si no sentimos calor, no corremos riesgo de quemarnos. Todo lo contario, pues el calor lo produce la radiación infrarroja, no la UV. Y no sólo podemos quemarnos en verano, pues el sol en primavera, incluso en verano, puede ser igual o más intenso, ya que depende siempre de otros factores ajenos a la estación anual como la latitud, la altitud o la reflexión del suelo.

Es cierto que necesitamos estar un mínimo tiempo de contacto con el sol para facilitar que la vitamina D se sintetice con la ayuda de la radiación UV, aunque es suficiente con nuestras actividades al aire libre, no requiriéndose largas horas al sol. Se suele decir que dentro del agua, cuando estamos bañándonos en el mar o en la piscina, no podemos quemarnos. Falso, pues aunque el agua atenúa la radiación, también te puede quemar más fácilmente nadando. Los expertos igualmente aconsejan cambiar los hábitos personales con respecto al sol, ya que se considera un primer paso  en la protección activa contra la radiación UV.

Y un mito más, quizá el más importante: el bronceado es necesario para proteger nuestra piel de las quemaduras, aunque sólo nos protege parcialmente, por lo que es necesario broncearse varias veces, con suficiente tiempo de antelación, y tomar otras precauciones, esencialmente evitar la sobre exposición a la radiación solar.