¿Por qué no les lees un cuento por la noche?

Puede resultar un incordio prescindible para algunos, una tradición u obligación para otros… el caso es que leer un libro a tus hijos por la noche, justo antes de que se duerman, es uno de los grandes tópicos.  Según un estudio británico, sólo el 13% de los padres leen un cuento a sus hijos por la noche. La gran mayoría no lo hace o lo hacían en algún momento y han dejado de hacerlo. ¿Y qué hay de vosotros? ¿Leéis cuentos a vuestros hijos por la noche? ¿Hasta qué punto es útil o conveniente? ¿Conviene sacrificar un poco de nuestro tiempo para contarles algún cuento o leerles algún relato infantil?

Aquellos que lo hacen afirman que se trata de una experiencia muy gratificante para los padres y una práctica recomendable para los niños, ya que indudablemente aumenta su comprensión y mejora su capacidad de expresión. Si los introducimos en el mundo de la lectura desde que son pequeñitos contribuiremos a que se familiaricen con los libros y la literatura, siendo más sencillo que se conviertan en el futuro en grandes lectores. Además, favorece la adquisición de nuevas palabras, estimula la imaginación del pequeño y por supuesto, tiene un gran valor afectivo que papá o mamá esté allí cada noche leyéndoles un cuento.

Además de ser bueno para su desarrollo personal, no implica ni tanto tiempo ni tanto sacrificio para los padres. Realmente no nos llevará más de diez minutos al día. Lo que sí deberemos considerar es la organización de esta rutina, es decir, pactar hasta donde leeréis esa noche antes de empezar el relato, haciendo, por ejemplo, una pequeña concesión durante el fin de semana o en vacaciones, cuando bien podemos extender el tiempo de lectura o dejar algún día de hacerlo si se ha hecho demasiado tarde y el niño ya está dormido.

La edad tampoco resulta un problema, ya que podéis leerles desde que muy pequeños, incluso antes de que empiecen a hablar. Recordad que puede convertirse en un momento del día muy especial, ya que si lo hacemos bien, seguimos la rutina y al niño les gusta, nuestros hijos esperarán con ansia a que vayamos a su habitación para leerles el cuento. Incluso podemos negociar con ellos para que cumplan  sin protestar con sus pequeñas obligaciones como ponerse el pija, lavarse los dientes y meterse en la cama.

Lo que será muy importante es que nos involucremos en la historia y la vivamos, al objeto de ponerle emoción a la lectura y lograr ser lo suficientemente expresivos como para lograr enganchar a nuestro peque. Pero este pequeño sacrificio, si es que lo es, valdrá la pena. Pensadlo.

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